Análisis de Wiñaypacha

Escrito por: Luis Alvaro Chávez

Wiñaypacha es una película peruana dirigida por Óscar Catacora y estrenada el 2018 a nivel nacional. La película cuenta la historia de Willka y Phaxsi, una pareja de ancianos que, en el ocaso de sus vidas, tratan de sobrevivir el día a día en una zona sumamente rural y alejada de cualquier rastro de modernidad. Asimismo, tienen el anhelo de volver a ver a su hijo, Antuku, por última vez, pues parece ser que hace algunos años los abandonó para migrar a la ciudad.

La ópera prima de Catacora nos hace recordar ciertas vertientes del cine latinoamericano que hemos visto en diferentes películas de nuestro continente a lo largo del tiempo. El primer elemento del cine latinoamericano que se me viene a la cabeza tras ver Wiñaypacha es el Cinema Novo, una corriente artística nacida en Brasil a principios de los años 60. El Cinema Novo se caracterizaba por “unir iniciativas provenientes de contextos distintos y que aspiró a convertir el cine en un instrumento de cambio social y a establecer puentes de producción entre los países de la región”, según Isaac León Frías. 

En Wiñaypacha podemos ver el contexto netamente rural en el que se basa la vida de los dos ancianos. Asimismo, en palabras del propio director en una entrevista hecha por Carlos Esquives: “(En la película) está el abandono por parte del Estado, quien no acude a estas personas olvidadas en el Ande”.

Otra característica del cine latinoamericano presente en Wiñaypacha es la “traición de los hijos respecto a su pasado, de su comunidad, de su clase social y política”, un tema bastante recurrente en nuestro cine de los años 80, según Emilio Bernini. En la película podemos ver que el mayor pesar de los protagonistas es que su hijo Antuku los haya abandonado para irse a la ciudad en busca, probablemente, de mejores oportunidades. Incluso, Willka menciona al inicio del filme que su hijo sentía vergüenza del aymara, su lengua materna, y que probablemente no regrese nunca.

También se puede afirmar que Wiñaypacha es un ejemplo contemporáneo del Art Cinema, un tipo de cine en el que el director tiene una mayor libertad creativa. En Wiñaypacha podemos encontrar diferentes características del Art Cinema. Una de estas sería que los eventos que ocurren en la película no tienen una causa clara. Por ejemplo, la ausencia del hijo de los protagonistas. Aunque no le es difícil al espectador intuir que el hijo de Willka y Phaxsi posiblemente los abandonó para buscar un mejor futuro, como se ha dicho líneas atrás, la película nunca menciona explícitamente la razón, pero tampoco es algo que importe. Lo verdaderamente importante es el sentimiento que tienen los protagonistas frente a la ausencia de su hijo. 

Phaxsi, anhela verlo por última vez y siempre argumenta que todo sería mejor si Antuku estuviese con ellos. Willka es un poco más frío respecto al tema, pues siempre le dice a su esposa que su hijo no va a regresar y que es mejor que se quite esa idea de la cabeza. Otro evento sin causa clara es la muerte del ganado de los ancianos. ¿Fueron los zorros quienes mataron a las ovejas como sostiene Willka? ¿Fue el perro que había desaparecido? ¿O acaso se trata de algún enemigo desconocido que tienen los ancianos? Nunca lo sabremos con exactitud. Lo que sí sabemos, y verdaderamente lo más impactante, es que tanto Phaxsi como Willka, consideraban a sus animales como parte de su familia. Incluso, Phaxsi llega a decir que son sus hijos, debido a que tal vez la ausencia de Antuku, le ha afectado más de lo que parece.

    Willka y Phaxsi, los protagonistas de la película. 

Otra característica del Art Cinema presente en Wiñaypacha es que la duda, la ansiedad y la incertidumbre son las mayores preocupaciones de los personajes. Phaxsi posiblemente sea quien mejor represente estos estados. Ella es un personaje que vive con varios temores que la atormentan constantemente. Uno de estos temores es que le llegue la muerte antes de ver a su hijo por última vez. Este pensamiento la invade durante toda la película, y prácticamente es el principal motivo por el que se aferra a la vida. Otro temor con el que vive es el hecho de quedarse completamente sola. Es por esto que, al final de la película, cuando muere Willka, decide irse de su casa y poner rumbo posiblemente al pueblo más cercano para buscar a Antuku.

Es preciso recalcar que Wiñaypacha no es solo una película que muestra los últimos días de una pareja de ancianos olvidados. Como se dijo con anterioridad, la película denuncia la ausencia del Estado peruano en las zonas más rurales del país. Willka y Phaxsi viven completamente aislados. El pueblo más cercano está a días de distancia de su hogar. No tienen luz, agua potable ni un centro de salud cercano, lo cual nos habla de un problema social muy grave que tenemos en el Perú. Es por esta razón que considero que Wiñaypacha guarda cierto parecido con el repertorio de películas que producía el Grupo Chaski. Tal como lo describe su página web, este grupo realizaba películas que “reflejaran la preocupación de nuestro colectivo por los problemas que aquejan a nuestra sociedad”, como es el caso de Gregorio (1985) o Juliana (1987). Con estas películas, el Grupo Chaski tomaba testimonio de diversos temas sociales en el Perú como los asentamientos humanos, la migración, la informalidad, etc. En el caso de Wiñaypacha, Catacora nos habla sobre la supervivencia de dos ancianos olvidados, cuyo único error fue el nacer en una zona completamente alejada de las grandes ciudades.

Con Wiñaypacha, Oscar Catacora nos transmite un mensaje muy humano sobre como las nuevas generaciones buscan su propio camino hacia la modernidad dejando de lado el lugar del que provienen, sus viejas costumbres, su familia y hasta su idioma. Además, nos muestra los estragos de las generaciones que ya no pueden adaptarse a los cambios y se quedan atrás. Sin embargo, también denuncia muy fuertemente la ausencia del Estado en muchas partes al interior del país. Una ausencia que debilita nuestro concepto de nación, pues ocasiona que miles de peruanos, como es el caso de Willka y Phaxsi, no se identifiquen con el país en el que viven y, lastimosamente, sean olvidados por sus hijos, por el gobierno y por todos nosotros.