Un mundo sin Lío

Un relato de fútbol sin su máximo protagonista

Escrito por: Luis Alvaro Chávez

El chiquillo estaba muy inquieto. Habían pasado ya varios días desde que el presidente del Barcelona les dijo que se reuniría con ellos, pero dicha reunión nunca llegó a concretarse. El niño, muy bajo de estatura y de una complexión delgada, era consolado por su padre quien ya tenía en mente la idea de regresarse a Argentina.

Aguardaron la llegada del hombre de traje por un par de días más en el Hotel Catalonia, pero la espera se hizo francamente insoportable. “Vámonos, hijo”, le dijo finalmente el padre al chico quien, al borde de las lágrimas, veía como su más grande sueño se truncaba mientras salían por las puertas del hotel para dirigirse al aeropuerto. Decepcionados, tristes y con un comprensible enojo, padre e hijo retornaron a su ciudad natal de Rosario.

Lo que le falta al Barcelona

Los primeros años del siglo XXI no fueron nada amables con el palmarés del Barcelona. La crisis, las dudas y el desconcierto se empezaban a afianzar en el cuadro culé, que no ganaba un solo título relevante desde la temporada 1998-99. A pesar de contar con jugadores de gran renombre como Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Carles Puyol o, la figura máxima del conjunto blaugrana, Ronaldinho, el Barcelona no lograba alzar ningún título. Fue en este contexto en el que llegó su nuevo entrenador: Pep Guardiola.

La táctica que impuso Guardiola en el Barça fue la de un juego posesivo, tocando el balón de manera constante y atractiva para desesperar al rival. También exigía que sus defensas estuvieran muy concentrados y decididos para finiquitar cualquier intento de ataque del equipo contrario. Y a sus jugadores ofensivos les pedía solamente una cosa: atacar con la mayor cantidad de hombres la defensa y el arco rival.

Aquel chico que se fue desconsolado de España tiempo atrás, es ahora un joven de 22 años de muy baja estatura. Aunque guarda cierto rencor contra el Barcelona, le encanta ver todos sus partidos porque considera que lo que hace Guardiola es magnífico. No tiene dudas de que, si siguen jugando de esa manera tan avasalladora, volverán a conquistar Europa.

Luego de campeonar finalmente en la Liga y en la Copa del Rey, el Barcelona está listo para superar su siguiente gran desafío: La Champions League. Después de una serie de partidos muy intensos contra el Olympique de Lyon, el Bayern Múnich y el Chelsea; el equipo de Guardiola se dispone a jugar la final contra el vigente campeón de Europa: el Manchester United.

El partido es una fiesta. Miles de fanáticos de todo el mundo se han reunido en Roma para ver el desenlace de una de las mayores competiciones del fútbol mundial. El equipo que toma la iniciativa del partido es el Manchester United. Un joven Cristiano Ronaldo es quien más daño hace al arco de Víctor Valdés. Los constantes disparos con su pierna derecha hacen pasar más de un susto a los aficionados culés. Sin embargo, un remate de Eto’o, tras un muy buen pase de Iniesta, hacen que el Barcelona se ponga adelante en el marcador. El sueño de conquistar Europa parece estar cada vez más cerca. El tiempo sigue corriendo. Las exigencias en el partido se acrecientan. Al minuto 70, Xavi Hernández tira a un centro al área chica del conjunto inglés, pero nadie cabecea, nadie conecta, es como si el centro fuera en dirección a un fantasma. La desesperación de los jugadores del Barcelona por que se acabe el partido es evidente. Cristiano Ronaldo descuenta.

La algarabía del público es estremecedora. Pep Guardiola grita desgarrándose la garganta indicaciones a sus jugadores en el medio campo, pero no lo pueden oír. El Manchester United se viene con todo. Rooney, Scholes, Tevez y Cristiano Ronaldo parecen máquinas que están decididas a apabullar a todo aquel que se interponga en sus caminos. La defensa del Barcelona, comandada por Puyol, hacen de todo para resistir el asedio al que están sometidos. Guardiola mira el banquillo incesantemente tratando de encontrar respuestas, pero es muy tarde ya, el joven portugués acaba de marcar el gol que sentenció el campeonato.

Lejos de aquel encuentro, en la tranquila ciudad de Rosario, el chico de 22 años esboza una leve sonrisa, luego de ser testigo del segundo gol de Ronaldo. “Conmigo hubiese sido diferente”. 

Los años que siguen y la búsqueda del mejor jugador

Los años que siguieron a dicho partido fueron unos años de relativo sosiego para el Barcelona. Peleaban La Liga, pero en Champions no figuraban mucho. Pep Guardiola dejó de ser el técnico del combinado culé luego de perder la final en Roma. Las grandes figuras del elenco catalán se iban retirando con el paso de los años y los nuevos integrantes ya no contaban con ningún referente a quien seguir.

Cristiano Ronaldo, luego de ganar la Champions con el Manchester United, decidió irse al Real Madrid donde también fue figura y también ganó la más preciada copa de Europa repetidas veces. Unos cuantos años más tarde decidió asegurar su futuro en la Liga Árabe, porque argüía que ya lo había conseguido todo.

En estos años hemos tenido diversos ganadores del Balón de Oro. Cristiano Ronaldo, Iniesta, Neymar y Modrić son los nombres que están impregnados en las espaldas de las camisetas de los niños de todo el mundo, pero nadie se atreve a compararlos con leyendas del tamaño de Pelé o Maradona. De pronto, el fútbol ya no se torna tan apasionante como antes. 

Algo se hizo mal. Las cosas no debieron ser así. Mejor demos media vuelta y hablemos del hombre que revolucionó este deporte.

De vuelta a la realidad

Parece una tontería, pero el hecho de que podamos disfrutar de Lionel Andrés Messi Cuccittini, nos hace muy afortunados. Estamos a puertas de ver partir al mejor jugador de la actualidad del deporte más lindo que existe. Tal vez suene exagerado. Con 32 años el argentino sigue estando muy vigente. Es ídolo en su club, actualmente juega la Champions y es ovacionado por millones en cualquier rincón del mundo. Pero las estadísticas nos dicen que, en promedio, un futbolista de élite se retira a los 35 años. Esto quiere decir que en algún momento de la próxima década dejaremos de ver el espectáculo que ofrece Lionel en el gramado verde.

Desde su debut en el ya lejano 2004, la “Pulga”, no ha hecho más que marcar un antes y un después en la historia del fútbol. Ganador de múltiples ligas, copas, Champions y balones de oro, Leo es uno de los futbolistas más galardonados de la historia. Sin embargo, su último gran reto parece ser obtener un título con su selección.

Si existe la justicia en el fútbol, Messi, antes de terminar su carrera, alzará el trofeo más preciado por todos los futbolistas: La Copa del Mundo. Pero el fútbol nunca se ha tratado de justicia, finales felices o grandes hazañas. Me atrevo a decir que ni siquiera se trata de trofeos, victorias o derrotas. El fútbol trasciende todo eso.

Si Messi logra alzar una Copa del Mundo, indudablemente se coronará como el mejor futbolista de todos los tiempos. El problema viene para nosotros, los fanáticos, porque ya no habrá más nada que contar. Quizás peque de egoísta, quizás le estoy quitando mérito a las historias que nos contará el fútbol en años futuros. No lo sé. Pero si Messi lo logra todo en este deporte, creo yo que lo que nos deparará el futuro no será ni por asomo tan emocionante como la historia del argentino. Además, seamos sinceros, ¿qué historia suena más interesante, la del hombre que lo consiguió todo o la del rey sin corona? Yo me inclino por la segunda.




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